Ni imaginas como llueve, no alcanzo a notar si se calmado o no, porque caen las gotas de los arboles que me confunden. Veo el reflejo del fuego en la ventana, un resbalín, una cerca mas atrás, una barca y el resto solo paisaje y mucha naturaleza.
Me llama a atención los adornos de la cabaña, una puerta en la tela con diseño indígena y madera, todo es madura, troncos brutos que dividen la sala, ladrillos complementarios, dividendo como puerta.
Hay gente y no me importa, estoy donde estoy y con quien estoy.
Es una maravilla tanta cosa y aun así me cuesta pensar. Todo se me concede; no estoy sola; algo querer.
Son tantas las cosas que han pasado que parece un torbellino algo que arrasa con todo.
Los niños me cantan : que noche aquella, que noche aquella que le invente mil nombres a cada estrella (8)
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