martes, 14 de julio de 2020

Si me dijeran: pide un deseo...

preferiría un rabo de nube
que se llevará lo feo 
Y nos dejará el querube
Un barredor de tristezas
Un aguacero en venganza 
Que cuando escampe parezca nuestra esperanza.

Estamos transitando una pandemia,covid19 se llama.
Estamos confinados en nuestras casas hace más de dos meses con dos permisos a la semana para realizar asuntos esenciales.
Los colegios y jardines están cerrados y solo funcionan los servicios básicos?La gente que puede trabaja desde sus casas, teletrabajo se llama.
Al día de hoy han ido bajando los casos de contagio y ya se habla de cómo se podría volver a la "normalidad".
Normalidad, que palabra más curiosa.
Han sido tantos los cuestionamientos en este tiempo donde el tiempo de espera se tomó el mando sin pedir permiso, interrumpió todo pensamiento y estructura que estába ya establecido dando paso al caos y al desorden para observar lo que había debajo de la alfombra y de donde nadie salió ileso.
¿qué será la normalidad? ¿La normalidad de hoy será la misma que la de mañana?
Mañana, otro día, un día que no existe aún pero del que se habla bastante.
Igual debo admitir que justo hoy he pensando en el mañana.
Justo hoy tambien he pensado en el ayer.
Es que justo hoy es un día de esos que quisiera congelar el tiempo. Quedarme un ratito más en el presente, que el día tuviera 36 horas, solo unas horas más quizás, con eso también me conformaría.
Sabía que llegaría, nada escapa de su destino, pero por más que uno lo imagine, no hay como el vivirlo.
Ojalá hoy día me dijeran:pide un deseo.
Elegiría más tiempo.
Sé que el tiempo que hubo debe haber sido el perfecto y lo fue, pero como le explico al corazón triste que fue así, perfecto.
Claramente no puedo saltarme este día, tengo que vivirlo y así lo voy a hacer.
Con el corazón en la mano caminare este día, sin correr, solo caminar un paso a la vez , que corra el agua  si quiere y bañarme entera y mojarme de recuerdos, momentos, sonrisas, vino, cantos, caricias y amor.
Ahora que me detengo.
Respire y leí.
Y acabo de descubrir que si pedí un deseo una vez... Y se cumplió.
Es y fue mi deseo.
Podemos sonreír entonces y agradecer.
Agradecer porque sucedió, porque fue real, porque viví el regalo más bonito en tiempos de pandemia.
Porque agradecer siempre va a ser la magia que se necesita para vivir.